A pesar de que tenga una relación amor/odio con John Green, no pensé que esta historia me identificaría mucho. A continuación leerán mi historia de vida y las relaciones y diferencias con el libro que pronto se hizo película.
Todo empezó cuando arranqué la secundaria y ya era víctima de bullying. Ahora a esta historia hay que sumarle a una chica que, hasta el día de hoy es mi vecina y para preservar su identidad la llamaremos M, ha sabido compadecer mi dolor en los momentos difíciles de la pubertad/pre-adolescencia. Hasta acá tenemos los conflictos y la posible salvación, pero... continuemos. Durante dos años me ha escrito cartas, siempre en el ámbito de la amistad (en las circunstancias en las que estaba viviendo, no pensaba estar con alguien), en donde me agradecía por mi ayuda por cualquier cosa y siempre me consideró mi amigo... hasta llegó a invitarme a su casa cuando le dejé la letra de una canción de Evanescense que sabía que a ella le gustaba y la seguí hasta su habitación (ese fue el único y último día que entré a su casa). Mirar la cantidad de cosas que tenía me hacía envidiar: estantes con chucherías, libros, CD's... toda una habitación para ella sola (y en ese momento, yo compartía habitación con mi hermano).
El problema radicaba en como respondía esas cartas. Si no lo hacía ese mismo día, lo tenía que hacer en mi casa. Como soy pésimo redactando cosas del pasado y para que entiendan varios detalles que mas adelante cobrarán importancia, las cartas no me las daba directamente, sino a escondidas sin que nadie la viera. M era bastante astuta para estas cosas. Sus cartas las leía siempre en casa para no levantar sospechas entre mis compañeros. Todo iba bien hasta que llegó ese maldito día: mis compañeros se enteraron de las cartas por las actitudes extrañas que tomaba M. Las cartas extensas y escritas por computadora se tornaron cortas y escritas a mano. M esperaba que le respondiera mas seguido ya que estaba cansada que ella escribiera sin obtener respuestas. En eso tenía razón pero... responder por responder, no le encontraba sentido alguno. El día que M llamó la atención a mis compañeros, me sentí bastante humillado ya que empezaban los comentarios con ¿Te gusta? ¿Se escriben por cartas? ¿Puedo leerlas?.
Ese día marcó un antes y después en lo que creía que era amistad. La última carta que le mandé ya ni me acuerdo lo que decía pero sí que se la escribí a mano. (Actualmente tiré todas las cartas porque no le encontraba sentido guardarlas)
Pasó un año de ese incidente. Parecía todo olvidado pero cuando ella junto a un grupo de amigos me invitaban a festejar el cumple de uno de ellos, acepté. Pensé: ¿será el momento que me tomará en serio como un amigo y no como una marioneta?. Sabía que lo harían en hora de clases (prácticamente era mi primera rateada... una rateada que no disfruté). Volví a fallar, la intención era ver como M se destacaba en su rebeldía... eso me enojó bastante aunque no lo demostré para no demostrarme raro. Cuando ya era hora de volver a nuestras casas, emprendimos el regreso a pie y mientras íbamos despidiéndonos, quedamos sólo M y yo (vuelvo aclarar, somos vecinos y solo nos dividen un par de casas). Me preguntó:
- ¿Cómo la pasaste?
- Bien, me gustó - mentí. Por dentro me estaba sintiendo terrible.
El silencio se estaba poniendo incómodo. Quise esquivar el tema de las cartas ya que lo tenía en el pasado y hablé sobre lo que vi.
- ¿Donde conseguiste los aerosoles? ¿Lo compraste o ya lo tenías en tu casa?
Con solo escuchar su respuesta, me dejaba tranquilo olvidar el pasado y aparentar que había disfrutado el día. Luego, la charla pudo abrir a nuevos temas de conversación. La dejé en su casa y yo me fui a la mía. Antes de llegar, pensaba que le podía decir a mamá ya que llegaba 30 minutos antes de salir de la supuesta clase de Periodismo. Regularicé mi respiración y entré.
- ¿Cómo te fue?
- Bien, agotador pero entretenido.
Finalmente, todo lo que les acabo de contar se enteraron mis padres, días mas tarde por parte mía, ya que guardarme tantas cosas, anécdotas, mentiras, me estaba matando por dentro.
Al año siguiente, cada uno eligió su especialidad (ella Construcciones y yo Sociales) y eso fue un alivio porque sabía que sólo me la cruzaría en los recreos y yo estaría con mis compañeros. El bullying se redujo, leía en los recreos... mi vida de la primaria había terminado.
Ahora es el turno de que saquen conclusiones de mi experiencia personal. que similitudes y diferencias encuentran entre lo que acabo de contar y la relación entre Quentin y Margo.
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