jueves, 12 de diciembre de 2019

Reseña: "El Cazador de Historias" de Eduardo Galeano

SINOPSIS: En esta obra, Eduardo Galeano sale a cazar en esa jungla para mostrarnos- con crudeza, con humor, con ternura- el mundo en que vivimos, desnudando ciertas realidades que, pese a estar al alcance de la mano, no todos llegan a ver.
Pero como sugiere su título, El cazador de historias devela también al narrador que acecha detrás de todos los relatos. Y así, aunque siempre fue reticente a hablar de sí mismo, Galeano cierra este libro con un puñado de bellas y poderosas historias que sorprenden tanto porque ofrecen pistas de su biografía, de sus años de infancia y juventud, de los primeros viajes por América Latina, de las personas que marcaron su vida y su escritura, como porque expresan sus ideas sobre la muerte. Lejos de cualquier lamento, con el puro impulso de la curiosidad y la imaginación, se pregunta cómo será el final, qué deseos, afectos o necesidades aparecerán entonces.

OPINIÓN PERSONAL: Siendo la primera vez que leo al autor, no me ha desagradado. Sinceramente, no sabía con lo que me iba a topar, ya que conocía de él solo EL LIBRO DE LOS ABRAZOS que espero conseguir pronto. Sin embargo, siendo el último de su autoría (antes de morir) logró incentivarme a leer más de sus historias. Con respecto al título, va como anillo al dedo porque con solo cuatro palabras se resume perfectamente el contenido del libro: una antología fraccionada en cuatro partes llamadas "Molinos de tiempo", "Los cuentos cuentan", "Prontuario" y "Quise, quiero, quisiera". En cada una, los relatos respetan un hilo conductor que el lector tendrá que ir develando a medida que va avanzando con la lectura. 
¿Qué encontraremos? Digamos que la sinopsis lo dice todo. ¿Lo recomiendo? Sí, es ideal para distendernos de lecturas pesadas, leerlo a nuestro ritmo (uno por día o como quieran, etc).
Y por último, pero no menos importante, agradecer a Aguafuertes Libros por el ejemplar.

CALIFICACIÓN: ✭✭✭✭✰

Portada original, en su segunda edición, bajo el sello de siglo veintiuno editores

FRASES DESTACADAS

"La memoria no es una especie en vías de extinción. (...)
-La memoria es nuestra semilla principal (...) ya ni sabemos de dónde venimos."

"Hemos empezado a crear nuestro vivir y morir.
No buscamos el Paraíso en los cielos. El Paraíso se puede encontrar e cualquier parte del mundo material.
Padre es el espíritu de la comunidad, y Madre es la Tierra.
(...) Las maravillas de la naturaleza serán de acceso público (...). El conocimiento cubrirá el mundo, como las aguas cubren los mares."

"Las claves de la vida, las fuentes del poder."

"Qué raros son los civilizados. Todos tienen relojes y ninguno tiene tiempo."

"-¿Estás dispuesto a todo? ¿Tenés coraje?
(...)
-Coraje, no sé. Tengo costumbre."

"Yo no quiero sobrevivir.
Yo quiero vivir."

"Camino y en mis adentros las palabras caminan también, en busca de otras palabras, para contar las historias que ellas quieren contar.
Las palabras viajan sin apuro, como las almitas peregrinas que vagan por el mundo y como algunas estrellas fugaces que a veces por el mundo y como algunas estrellas fugaces que a veces se dejan caer, muy lentamente, en los cielos del sur.
Las palabras caminan latiendo."

"-Qué difícil ha de ser escribir ta sencillo."

"-Vale la pena morir, por todo eso sin lo cual no vale la pena vivir."

"-El único pecado que no tiene perdón es el que peca contra la esperanza."

"Escribir cansa, pero consuela."

"Uno escribe sin saber muy bien por qué o para qué, pero se supone que tiene que ver con las cosas en las que más profundamente cree, con los temas que lo desvelan.
Escribimos sobre la base de algunas certezas (...).
Yo desconfío mucho de los optimistas full-time. Me parece que son resultado de un error de los dioses."

"-Las únicas palabras que merecen existir son las palabras mejores que el silencio.
(...)
Al día siguiente, las palabras sonaban de otra manera.
El silencio, que dice callando, enseña a decir."

"Estaba visto: yo no tenía mas remedio que probar algún otro oficio. Intenté varios, sin suerte, hasta que por fin empecé a escribir, a ver si algo salía.
Intenté, y sigo intentando, aprender a volar en la oscuridad (...).
Intenté, y sigo intentando, asumir mi incapacidad de ser neutral y mi incapacidad de ser objetivo, quizás porque me niego a convertirme en objeto, indiferente a las pasiones humanas. (...)
Intenté, intento, ser tan porfiado como para seguir creyendo, a pesar de todos los pesares, que nosotros (...) estamos bastante mal hechos, pero no estamos terminados. (...)
Y en definitiva, resumiendo, diría que escribo intentando que seamos más fuertes que el miedo al error o al castigo, a la hora de elegir en el eterno combate entre los indignos y los indignados."

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