SINOPSIS: Martha Riva Palacio retoma el mito de Orfeo para construir una historia de amor que se repite en el tiempo. La prosa poética presente en esta corta novela cautiva y envuelve al lector en una atmósfera donde Eurídice canta por los pasillos de Argos mientras un barco se encuentra suspendido en el mar del tiempo y Orfeo relata, a veces desde su propia voz, otras desde la voz de su amada, estos encuentros y desencuentros, donde él no tendrá más remedio que mirar hacia atrás una y otra vez. Varias historias entretejen esta novela y será decisión del lector decidir cuál de todas es la verdadera.
OPINIÓN PERSONAL: Conociendo el mito en el cual la autora toma como base para su obra, quise darle una oportunidad. Sabiendo de entrada que sería una reinterpretación, nos encontramos con seis hechos narrados como si fueran cantos (el estilo griego que se utilizaban para las epopeyas) desde el punto de vista de Orfeo. En todas son situaciones límite, dos personas que quieren reencontrarse a pesar de las adversidades.
Lo único malo es que entre cada capítulo, la voz iba cambiando de primera a tercera persona y eso me producía confusión.
En fin, un libro de tan solo 72 páginas donde la idea de la reencarnación es posible; donde la muerte es parte de la vida y viceversa, como una melodía sinfónica infinita; donde el amor puede aparecer hasta en los momentos mas insospechados. Una historia cuya magia radica en el poder de las palabras y de la música porque no hay nada peor que el silencio involuntario, un calvario que la sociedad nos impone pero del cual podemos salir.
Y por último, pero no menos importante, agradecer a la editorial por el ejemplar.
CALIFICACIÓN: ✭✭✭✭✰
Portada original, bajo el sello de FCE
CONOZCAN A LA AUTORA
FRASES DESTACADAS
"Si me vieras realmente, no tendrías más remedio que aceptar que no somos eternos. La eternidad no es humana. No puede serlo. Para comprender la inmortalidad es necesario salir de nosotros mismos. (...) Pero (...) la vida surge precisamente porque existe el caos."
"Durante milenios hemos elevado nuestras canciones al cielo suplicando poder salir de nosotros mismos. Viajamos brevemente en un filamento de luz creyendo que somos eternos e incluso hemos devuelto al cosmos nuestra voz grabada en un disco de oro. Pero no nos damos cuenta de qué fuerzas invocamos en nuestro inconsciente cada vez que intentamos contemplar el infinito con nuestros propios ojos."
"-Nada es para siempre (...). El universo continuará expandiéndose y las estrellas se irán consumiendo hasta convertirse en brasas.
-¿Y luego?
-Nada. Ahí termina la historia.
-Hasta que vuelva a empezar.
-Tal vez..."
-¿Y luego?
-Nada. Ahí termina la historia.
-Hasta que vuelva a empezar.
-Tal vez..."
"Nosotros nos unimos a (...) leer con el cuerpo, en movimiento y con todos los sentidos abiertos. Leer para confirmar que existimos aun cuando finjan no escucharnos.
Ése era nuestro manifiesto."
Ése era nuestro manifiesto."
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